"RELATOS PARA PENSAR"

Les agradezco estar leyendo este blog.
Mi nombre es MATIAS y creo, que a las personas que hayan vivido malas experiencias , clavadas en lo mas profundo de su ser, siendo criaturas, en etapas preadolescentes o ya jóvenes adolescentes, como también algún adulto, la escritura, puede llegar a servir para liberar esas vivencias negativas. Sean contadas como realmente hayan sucedido o por ahi mezclando otras vivencias o actividades imaginadas.
La misma, logra que el realizador, comparta sueños, fantasías, ideas y hasta en ocasiones vivencias.
Al plasmarlas, en ocasiones, se logra soltar lo negativo tirarlo a la basura, para que ese espacio sea ocupado por algo positivo.
Los invito a soltar toda la mierda de adentro, si la han tenido, hasta sentir que sacan esas mochilas e incorporan otros objetos, que puedan llenarlos de paz, compartir fantasías, morbos, vivencias y alegrias.

Espero que todos estemos felices de compartir nuestras experiencias o fantasías
"Bajo la oscuridad y el silencio del anonimato de muchas personas, he comprobado que hay curiosidad por ver lo que en la misma sociedad del individuo, está prohibido, existiendo también una atracción hacia lo desagradable o hacia lo malvado. O sea una gran atracción hacia la morbosidad. No es mi función, juzgar lo que está bien o está mal, sólo quiero contar que en éste blog no existe aún, ni es mi deseo que exista, algún texto que hable por ejemplo sobre "un padre, abuelo, tío, que abuse de su hijo, nieto, sobrino, o viceversa" o cualquier otro texto que hable sobre perversiones de avanzada edad hacia niños. Repito, no juzgo pero no lo comparto. En éstos relatos, leerás experiencias personales, sufridas o hechas, que quise compartir, como espero que lo hagan uds, mandándome sus propias experiencias a mi mail para publicarlas. Aclaro que como lector de relatos, aprendí que al escribirlos se le debe poner algún condimento extra, de modo tal que resulten atractivos, sin dejar de tener mas de un 90 % de realidad. Quizá también en alguno fusione experiencias vividas en distintos momentos, que solitarias no significan nada y en conjunto son importantes."

VISITAS

sábado, 5 de febrero de 2011

LA PRIMERA VEZ COMO PASIVO


Eran las 18 horas de uno de esos días nublados que no sentís mucho frío pero el calor escaséa, aburrido dejé a mi socio trabajando en la oficina con unos presupuestos, salí con la excusa de hacer trámites pidiéndole que cerrara, ya que no regresaria hasta el día siguiente, me dirigí a un ciber cercano a chatear en dos de los canales de mi ciudad, uno general y otro gay. 
En ocasiones conocí a algunos que realizamos como generalmente sucede, los clasicos "touch and go" con tiempos mínimos, en los que al encuentro con la otra persona, si hay piel franeleás, algún toqueteo y no pasa de un 69, aunque en cuatro ocasiones me pidieron que los penetrara cumpliendo con el pedido. 

Como es casi costumbre en los chat, al contactar con alguien seguís un "formulario virtual" con las mismas preguntas. Creo que llama mas la atención cuando hay una encuesta mas original. En vez interesarte en un segundo, conocer la búsqueda de la otra persona su puede llegar a saberlo de una forma mas elegante. Si bien muchos intentan concretar enseguida, en mi caso me parece que para conseguir un intercambio, podes tener algún momento de seduccion, no hablo de amor, digo que, eso arreglar en un segundo, llegar o esperar en el lugar, saludarse, empezar a tranzar, chuparse, darse vuelta, penetrarse y al acabar, cambiarse e irse, tomandolo como si fuera un deporte que se practica a diario con personas totalmente desconocidas, no es mi estilo. Por lo menos saber algo de el que vas a tener sexo. Aparte por ahi congeniás y es mejor tener un conocido para satisfacer fantasías, sabiendo que esa persona tiene gustos parecidos, sin necesidad de interponer el corazon. 

Éste día, era uno mas, la única variante era que mi novia estaba de viaje, lo cual me daba tiempo para hacer algo y quería con uno de mi sexo. 
A la hora y media de estar entretenido con alguna charla, soy contactado por un nick apodado "benjamín", quien me cuenta que había terminado de trabajar e intentaba conocer a alguien para hacer algo esa noche ya que un amigo con quien compartía el departamento, habia viajado por una semana. Él se encontraba solo, con ganas, al igual que yo, de liberar el líbido. 
Mientras ibamos conociéndonos, se describió como una persona tranquila, discreta, bisexual, seis años menor, morocho, pelo corto, ojos marrones, 170 centimetros de estatura, con poca experiencia entre hombres, de contextura normal, no era de esta ciudad pero intentaba establecerse, por eso compartia el alquiler con un amigo de su lugar nativo. Tambien me comentó que era tímido, no tenía muchos amigos, tampoco era de salir a lugares de ambiente. Tanto su cuerpo, como la forma de expresarse eran similares a mi perfil, como ser viviente y de búsqueda. Entre nuestras preferencias existia la idea de pasarla bien con alguien que por mas de estar con otro hombre no perdiera la condición de tal, siempre en un marco de respeto e higiene. Éstas coincidencias nos hicieron sentir cómodos y acordé ir a su casa a las 22:00. 

Rondaba en mi cabeza sentirme penetrado, ya que una noche de verano contraté un travesti para que me practicara el sexo oral y al mismo tiempo me fue introduciendo muy lentamente un dedo, hasta que acabé en su boca cuando sentí que eran dos. Tambien alguna que otra vez, en momentos de calentura, estando sólo, había probado meterme algún dedo como así el mango de un cepillo lo cual esos roces con las "paredes anales" me producian un placer que me generaban deseos de probar como pasivo. Mientras me daba un baño, empecé a prepararme, lubricándo con saliva e introduciéndome primero uno, hasta lograr que entraran dos dedos, pero no lo hice por mucho tiempo ya que prefería hacerlo con él. 
Marché a su casa, encontrándome que era igual a como se habia descripto. Nos sentamos en un sillón, nos tomamos un café que luego de dejar las tazas no aguantamos mas el deseo de fundirnos en un abrazo, acompañado de besos, caricias, que nos llevaron a dirigirnos a su habitacion caminando con los pantalones bajos a la rodilla, no existiendo casi parte corporal que no fuera acariciada, manoseada o besada. 

Tenía una cama de dos plazas, vestida con un acolchado verde y sábanas blancas las cuales cubrieron nuestras caricias por corto plazo ya que muy lentamente fui llegando con la boca acompañada de las manos para chuparle la pija llenandosela de saliva mientras me metia un dedo en mi ano llegando rapidamente a ponerme arriba suyo e intentar meterme su pene. Al entrar solo su cabeza, por mi lado sentí muchísimo dolor lo que tuve que subir y sacarmela, él por su lado estaba tan excitado que no se pudo contener y eyeculó ni bien dejó de estar adentro mio, ésta vez los nervios nos habian traicionado, fuimos al baño, mi culo había sangrado un poco, nos lavamos y le propuse si no queria que nos vieramos al dia siguiente mas o menos a la misma hora contestandome que si bien habia pasado la falla de los nervios, sentía que teniamos mucha piel.

Al día siguiente despues de contenerme y no masturbarme llegó la hora, fui mas preparado aún, me había puesto gel lubricante, mientras me secaba de la ducha. Al entrar a su hogar, no llegaron a pasar ni dos minutos de saludarnos y sentarnos en el sillón del living que nuevamente nos estabamos fundiendo en un beso casi interminable. Ésta vez Benja, habia preparado un sommier al lado del sillón lugar que esa noche nos acostamos mucho mas relajados, me confesó que mientras armaba todo, no había resistido la tentacion de masturbarse pensando en lo que iba a vivir, nos fuimos desvitiendo lentamente, entre caricias y lenguas, quedándonos bajo una sábana blanca, girando uno arriba de otro, varias veces, rozándonos nuestros instrumentos que se encontraban en su punto máximo de erección. 

Ambos sabíamos que no teníamos que ir rápido. Entre revolcadas, aparte de un 69 que fue tan excitante que casi nos hace acabar, volvimos a apoyar nuestras cabezas en la almohada. No pasaron dos minutos, que tomé la iniciativa de bajar a su verga, me la metí esta vez casi entera nuevamente en la boca para volverla a llenar de saliva tras algunas arcadas, con las dos manos iba acariciandosela, esparciendo el liquido para que no tuviera un solo centímetro sin lubricar, era un instrumento que mediría 18 x 4, con la cabeza un poco mas gruesa. La chupé como si de ello hubiese dependido la existencia humana, razón por la cual me la retiró de la boca porque no quería que terminaramos ahí. Me sentía preparado para montarlo. No estabamos nerviosos, encima nos comunicabamos todo el disfrute que estabamos viviendo. 

Volví a su boca, él me acarició mi cola en toda su extension, luego me incorporé encima suyo, llevé mi mano hacia atras, dirigí su miembro a mi ano, el cual ésta vez, aceptó casi sin dolor el ingreso lentamente de su cabeza para despues al mismo ritmo pasar a tener todo el tronco adentro. Le había pedido que me dejara hacerlo solo y no se moviera, pedido que accedió por un rato. Cada centímetro que entraba y salía eran caricias dentro mio, por esto fuimos aumentando la intensidad, se notaba en él, el goce. Al pasar unos minutos de acostumbrarme, me tomó de la cintura para que en el momento de bajar darme una estocada cada vez mas intensa, sin cambiar nunca de posicion noté a mi amigo como una fiera, un león enjaulado. Mi culo ardía de felicidad, aceptaba esas embestidas buscando llegar mas profundo. Era tal, todo lo que nos pasaba que llegamos a un punto de sentir que eramos dos protagonistas de una pelicula porno. 

No nos dimos cuenta que había transcurrido mas de media hora estando arriba suyo, de a ratos, pasaba mi mano por sus testiculos y comprobaba que ese pedazo de carne entraba y salía de mi cuerpo dandome una mezcla de morbo y placer inigualable, a su vez preguntaba si le gustaba, comentandome que era una sensación intensa, caliente, algo que tampoco nunca habia vivido. Desde mi visión observaba eso, su cara lo transmitía. Me acerque a besarlo, se incorporó un poco y comenzó a chuparme los pezones suavemente, acción que pedí que parara porque estaba por estallar de placer, respondiéndome que no me preocupara porque él también, luego apoyó su cabeza nuevamente en la almohada, y en ese momento como su fuera una recta final en un carrera, con una mano tomó mi pene, con la otra pelllizcaba suavemente mis pechos provocando que aumenté mi cabalgata, de repente sentí como su pene crecia aun mas, eyeculando, llenando mi interior de semen y al mismo tiempo lo estaba haciendo yo coronando la primera vez que adoptaba un rol pasivo, acabando sobre su estomago y pecho. 

No queria parar, seguí montando un rato, ya que todavía sentía su dureza, encima su leche estaba bajando lubricando aun más, siendo sincero, me encontraba disfrutando tanto que hubiese podido continuar varias horas. Cuando siento que se había relajado, abandoné la posición, acostándome a su lado quedándonos dormidos unas horas. 
Al despertarme miré el reloj y tenía que ir a encontrarme con unos amigos, nos levantamos para asearnos, cambiarnos y despedirnos, no sin antes pasarnos nuestros teléfonos para concretar una proxima vez que ya relataré.

ENTRANDO A UN CINE


En el relato anterior conté como cumplí la fantasía de chuparle el pene a alguien a los catorce con un vecino de once.
Fantasioso hasta morboso diría, en la adolescencia solía entrar a todos los baños públicos que encontraba para ver los escritos en las paredes de pedidos de fellatio o penetración y masturbarme con cada uno de ellos imaginando de complacer algo de lo que leía. 

También he contado que soy bisexual y las relaciones sexuales (heteras digamos) comenzaron a los diecisiete con una novia de catorce. Ambos con muchos sueños eróticos que fuimos plasmando a lo largo de tres años. Terminado este noviazgo siguieron varias chicas hasta mi actual, a pesar que con la primera continuamos viéndonos solo por placer.

En mi cabeza, igualmente, quedaron dando vueltas los recuerdos de las pijas de los vecinos más grandes, mis excompañeros, también sobretodo, la que había chupado y se encendían, nuevamente, las ganas de estar con alguien de mi sexo. 
Cabe aclarar que con la primera chica también tuve relaciones anales expresándome que gozaba tanto o más, que vaginalmente. Estaba convertida en una verdadera profesional chupando la pija, me encantaba mirarla, transformándome en un adicto a su boca, su lengua, sus manos. No existía momento que no estuviéramos buscando algún lugar escondido, siendo la hora que fuera, bajarme el cierre, para hacerlo una y otra vez, se notaba la pasión junto al deseo de tenerla entre sus labios, humedecerla, saborearla, bajar, comerme los testículos o pasar de largo hasta llegar al ano, besarlo, acariciarlo y regresar con su lengua hasta la cabeza del pene, como si fuera un pintor de paredes que va de un extremo a otro con un pincel. Hasta una vez, a pedido, me llegó a penetrar con dos dedos lubricados en abundante saliva, logrando hacerme acabar de una forma maravillosa. 

Las imágenes de la cara de mi novia gozando, más las que tenía junto al de once, sumado a mis masturbaciones introduciéndome en el ano, objetos plásticos nunca muy grandes, ni gruesos, hicieron que mi calentura no pudiera aguantar mucho tiempo. 
Un viernes salí con varios amigos a bailar, bebí demás y como si hubiese sido una voz interna que lo pedía, me despedí de todos con la excusa que tenía sueño, raro para ellos por ser la tres de la madrugada acostumbrados a estar de noche, me dirigí en el auto hacia un cine porno, cumpliendo una curiosidad que tenía.
Según me habían comentado, era una especie de sótano muy grande, que disponía de una sala gay, una hétero, tres especies de reservados con sillones largos en cada uno y una sala oscura con varios puff a sus costados, también con varios reservados de cemento con almohadones cortados en formas de penes u otras formas eróticas. 
Estacioné a una cuadra del lugar, bajé sus escaleras, una puerta eléctrica se abrió y al ingresar desde un vidrio polarizado en su interior, a través de una pequeña ventana, me anuncian el valor de la entrada, la que abono y anexado al ticket, me entregan un preservativo junto a un gel lubricante (idea que sería buena darla a varios lugares transitorios para poner en práctica). 
El cine tal cual me habían detallado era grande y oscuro. Estaba bastante concurrido, llegué a la sala gay, me senté en una hilera cercana al fondo que no tenía persona alguna en su extensión de siete asientos a lo ancho y empecé a sentir como atrás mío, un chico le estaba dando una terrible mamada, por lo que se escuchaba, a otro bastante mayor y grande corporalmente. Debo contar que cuando ingresé a la sala, yendo donde me sentaría, observé a ésta última persona que hasta en la oscuridad se podía apreciar sus grandes hombros como así su no muy abultada panza.
El ruido de la chupada, con los pequeños gemidos, me excitaron mucho. A los pocos minutos, cuando quise girar la cabeza hacia la izquierda para poder apreciar lo de atrás, siento del lado derecho que me empiezan a tocar la pierna, subiendo lentamente hacia mi pene, cuando giro para mirar quien era “el acariciador”, veo un hombre de unos cincuenta años, morocho con un cuerpo bastante mas pequeño al del fondo, que me toma la mano llevándola a su bulto mientras con la otra me desabrochaba el pantalón, sacando mi verga totalmente erecta. Imité lo que hizo y me acerqué un poco más, llevando también mi otra mano para bajarle el cierre, liberando su instrumento que estando un poco flácido tendría una medida de dieciséis centímetros de largo por cuatro de grosor e iba aumentando de a poco, lo que me llevó a mirarlo. Sin comentario alguno, él pasó una mano por detrás de mi cuello, empujándome hacia su boca, besando, metiendo la lengua, provocando un temblequeo. 
Me pregunta que pasaba, le contesto que era la primera vez que besaba a un hombre, lo que me había provocado de repente, muchas ganas de continuar experimentando. Seguimos besándonos, sintiendo una mano con dirección a mi culo, que logra acelerarme aun más la respiración. Dándose cuenta de esto, me propone que fuéramos al sector de los reservados, atravesamos un pasillo en el que se podía observar bastante gente apoyada a la pared esperando entablar algún contacto u otros charlando, nos detuvimos en un sector aun menos iluminado y mi “reciente conocido” golpea una puerta, al no escuchar ninguna respuesta entramos a una especie de cabina (había sólo tres en el lugar luego me enteré) que tenía dos sillones, uno mas pequeño y otro mas grande. La puerta no tenía llave entonces la trabé con el sillón mas chico. Mientras tanto mi compañero parado contra una pared se bajó los pantalones, me jala hacia él, me toma la cabeza y continuamos lo iniciado en la sala besándonos desenfrenadamente, con sus dos manos en mi cara me mira y tratándome de pendejo me pregunta hasta donde me animaba a llegar, mi repuesta fue rápida, desafiándolo de hacer todo lo que él tuviera ganas. Con cara de ganador me afirma que prepare el orto porque esa noche me iba a retirar cansado de haber recibido tanta leche. Luego de sus dichos me hace arrodillar para que se la chupara y empecé a hacer lo que tanto me había gustado que me hiciera aquella primera novia. Llené mi mano con saliva, se la agarré, besándola y pasando la lengua, lubricando mucho mas logrando mojarla de tal manera que al acariciarla se deslizaban mis dedos como si fuera aceite. Haciendo esto lo miraba como gozaba con los ojos cerrados. 
Dupliqué mi “provocación”, metiéndola toda en la boca, acción que llevó un poco de tiempo, arcadas mediante ya que estaba totalmente erecta midiendo supongo no menos de dieciocho centímetros de extensión por aproximadamente cinco de ancho. Una vez acostumbrado, me animé a llegar al fondo y con mi lengua le logré acariciar los testículos (fantasía cumplida gracias a que tengo un frenillo de la lengua, cortado), obteniendo un resultado tan excitante para él, que gritaba lo bien que la chupaba, la sacó de mi boca y me desparramó toda la leche en la cara. Me dio un poco de vergüenza, por eso no lo hice, de probar el sabor del semen y me limpie un poco con su remera que estaba tirada en el piso, sin que se diera cuenta, pues seguía con los ojos cerrados diciendo lo bien que lo había hecho. 
Me levanté casi con orgullo de saber el resultado de la pregunta si le había gustado, con respuesta afirmativa me agarra la cara y sin parar de besarnos, caemos en el sillón largo, mi cuerpo sobre el suyo, acariciándome baja y saca mis pantalones, comienza a manosear mi culo. Sin separar nuestros labios, comienzo a acariciar su pija nuevamente. Él toma el gel lubricante que le habían dado en la entrada, pasándomelo por toda la zona anal y muy lentamente me penetra con un dedo de una mano alternando con otro de la otra, abriéndome las nalgas, mientras tanto sigo pajeándolo y con su boca pegada a la mía. 
Al fin podría conocer el goce que tanto hablaba mi ex que le daba lo anal.
Logró dilatarme alternando dos dedos por vez hasta las últimas que fueron con tres siempre muy lento, lubricado sin hacerme sentir dolor.
Sin cambiar de posición iba a empezar a sentarme encima del instrumento y justo en ese momento dan tres golpes a la puerta. Pensé que diría que estaba ocupado, o algo así pero no, gritó que todavía no. Aún encima, lo miré dudosamente y me confiesa que había apostado a otros tres más que me llevaría al reservado donde estábamos, primero me cogería él y después los otros tres entrarían para terminar enfiestándome. 
Le dije que estaba borracho, que sólo había ido a ese lugar porque quería probar lo que se sentía estar con otro, pero que no quería participar de una fiesta así. 
Me contestó que yo le había caído muy bien y que era la primera vez que otro, sin hacerse el putito, de macho a macho, le chupaba la pija de esa manera. Al ver que me puse el pullover y me acomodaba para irme, me pidió disculpas y si le podía dar un número de teléfono para ubicarme y continuar lo cortado, solos, pero le dije que no tenía teléfono, ni ganas de hacer algo mas. Al abrir la puerta, me encontré con esas tres personas que, menos mal, no dijeron ni hicieron nada por retenerme. Debo decir que aun hoy, sigo estando igual que en aquella época, mido un metro setenta y tres, soy de espalda ancha y de físico bastante grande, quizá por éste motivo y aunque estuviesen en mayor número, habrán pensado que no les iba a ser tan fácil lo apostado.
Salí de ese sector confundido, caliente y con bronca, ingresé a la sala hetera, que se encontraba cercana a la puerta del lugar, para sentarme un rato a terminar de pajearme por lo vivido, no había nadie y aproveche para desabrochar el botón del pantalón y bajarme el cierre ubicándome en el último asiento. Ésta sala a diferencia de la otra, tenía dos puertas, una por la mitad mientras tanto la otra estaba a la derecha de donde me había ubicado y un poco mas atrás, dificultando la visión de quien entraba. Por esto y sin darme cuenta, siento a una persona que se encontraba parada refregándome el paquete por mi hombro lentamente, miré hacia atrás y era el primer hombre que había visto al entrar en la gay, con el pantalón semi bajo mostrando su miembro descaradamente, éste no era tan grande ni grueso como el que había chupado y sin pensarlo mucho lo hice con él tambien, igual no la tuve mucho tiempo en mi boca, pues le propuse, sin preámbulos ni nada, que me penetrara. 
La situación era, de casualidad, ideal, tenía el orto lubricado y dilatado por el otro, encima era de menor tamaño y grosor, así que sin pensarlo dos veces, pasé a la parte de atrás de la sala, bajé mis pantalones a la rodilla, tome su pene le coloqué el preservativo que me habían dado al entrar, me agache detrás suyo apoyando mis manos en el asiento que minutos antes estaba y este hombre, haciéndome el comentario que se había quedado muy caliente después que el otro pendejo se la había mamado y no pudo acabar, me toma de la cintura y comienza a cogerme de una forma muy suave, entraba su cabeza a la mitad, la retiraba, luego varias veces mas hasta que entró por completa, volviéndola a sacar, fue tan suave que cuando sentí que había entrado nuevamente, comencé yo a ir hacia él. A partir de ese momento era una gloria sentir las embestidas de este señor, fue tan excitante que le pedí que me diera mas, que me cogiera, que me encantaba, aceleró sus movimientos avisando que iba a acabar, en ese momento noté como dentro mio se le hinchaba y explotaba de placer. Se sacó el preservativo y lo tiró a un costado, ambos nos subimos la ropa y nos despedimos. 
No me arrepiento de haberme negado a enfiestarme con los otros ya que no era lo que buscaba. Gracias a eso encontré otra cosa que me hizo realidad un deseo que tenía dando vueltas.
Después volví al cine un par de veces más pero ya lo contare en otro.

MI INFANCIA III


En el año 1984, cursando turno tarde de septimo grado, saliendo del establecimiento, un compañero pregunta si alguna vez me había masturbado viendo una peli porno, respondi que ni siquiera sabia como pajearme, pero tenía ganas de aprender y mirar como era una penetracion. Nos saludamos
y dijo que al diá siguiente me explicaría como hacerse la paja, ya que en ese momento, su madre había llegado a buscarlo.

Despertar con el pene erecto era diario, pero a la mañana siguiente de la pequeña charla, se me ocurrió bajarme el slip, dentro de la cama y, boca abajo, empecé un movimiento de mete-saca, rozando, hundiendo mi sexo en el colchon, notando que me gustaba mucho, a los pocos minutos, siento esa electricidad corporal, desde la punta de los pies hasta la cabeza, mojando la sábana.

Esa tarde, en el recreo escolar, cuento a mi amigo lo vivido. Él también había probado de la misma forma un tiempo atrás, entonces al consultar al hermano, le contestó que para masturbarse, en vez de lo hecho, tenía que agarrarse la pija, rodearla con los dedos, acariciarla, haciendo movimientos
hacia atrás y adelante.

Esa misma tarde experimenté la teoría del hermano de mi amigo, eyeculando de forma maravillosa.
Todos los días, a cada rato, probé la masturbacion en muchos lugares no sólo de mi casa, sino tambien en la de vecinos, en baños, en techos, terrenos, clubes o donde encontrara algún rincon medio reservado.

En ese tiempo, un domingo, fuimos con mi familia al campo de un pariente, como en la reuniòn eran todos grandes de edad, aburrido, le pedí a mi tío si podia, ver el tractor, con el permiso dado y las advertencias de mis padres realice un paseo por el lugar y cercano al molino, como a dos cuadras de la casa, entré a una especie de deposito de vehiculos y herramientas, llevandome la sorpresa que en una pared, al fondo, había fotos pegadas de personas desnudas como en un taller mecanico, con la diferencia que las fotos eran solo de hombres, algunos teniendo sexo oral, anal o jugando con consoladores. Precisamente mirando éstas ultimas, previamente fijandome que no haya nadie, baje mis pantalones y probé de acariciar e introducirme un dedo ensalivado en la zona de los besos negros. Casi imitando la última imagen fotográfica, me encuentro en el medio de un galpón acabando como nunca luego de penetrarme profundamente con el indice junto al mayor (tambien llamado dedo medio).

Esa noche al volver a casa, con la excusa de hacer tarea olvidada, ya encerrado en la habitacion , agarré mi cepillo de pelo que tenía un mango redondo de goma no grueso ni extenso, aproximadamente 2 cm de diametro, por 6 de largo y lo metí en mi ano, al mismo tiempo me masturbé casi dos horas hasta caer agotado. Éstas practicas de autosatisfaccion, las hice diariamente por años cambiando algunas "variantes".

Estando en clase, un día, me agaché a buscar un lapiz que se había caido, cuando me voy a sentar, otro compañero, el de banco precisamente, me mete la mano en el culo acompañando la sentada, así lo repitió cada vez que pudo, hasta casi terminar el ciclo, yo siempre con mi mejor cara de ofendido.
A una semana de terminar las clases, le dije que con sus jodas ya estaba cansado, si lo hacía una vez mas, lo iba a ignorar. Ale, así se llamaba, lejos de alejar su mano, directamente la pegó a mi trasero por arriba del pantalon y con la otra, en plena tarea de matemática, sacó su pedazo empezando a pajearse.
Haciendome el desentendido, giraba a ratos, para preguntar algo al de atrás o me levantaba unos centimetros como para ver lo escrito en el pizarrón, esta accion la aprovechaba para hundir el anular en mi ano, aunque encima de la ropa, provocandome una aceleracion respiratoria.

Se me acercó al oido y dijo: -No me digas que estás enojado, ésto te gusta y va a ser nuestro secreto.-

Sin contestar nada, pero muy caliente, lo dejé tomar mi mano derecha que estaba sobre el pupitre, llevarla a su miembro y dirigir una acariciada hasta dejarla mojada de semen a los pocos segundos.
Al otro día, a los pocos minutos de ingresar al aula y sentarnos, Ale me agarra nuevamente la mano, como el anterior, pero ésta vez sin que me dirija, empiezo a masturbarlo muy disimuladamente por dentro de su pantalon de gimnasia, mientras me dice que en su casa no pudo dejar de pensar como había acabado con mis caricias.
Que quedaban cuatro días de clase, él se iba a vivir a otro lado y nunca mas nos ibamos a ver y fantaseaba con cogerme en los baños o por lo menos si no me animaba a tanto, que se lo pajeara con las dos manos hasta acabar pero no chuparsela porque no le agradaba.
Mientras decía todo eso, sentí un manoseo por la espalda que bajaba metiendose de a poco en mi pantalon de jogging, transitando por la raya con un dedo introduciendomelo un poco y el resto de la mano tocando de un lado a otro.
Por mi parte, apreté su instrumento, bajé su prepucio, lo solté, y comencé a acariciar su cabeza preguntándole si le gustaba, lo hice de tal forma que sintiera la devolución del placer que me estaba otorgando, al momento se le hincho, poniendose gorda, acabando nuevamente en mi palma, a los pocos segundos.

Los tres días siguientes hicimos lo mismo al rato de entrar y una hora antes de salir, con el agregado del último que nos encerramos en un baño a la hora del recreo final y estando muy nerviosos, me bajé el pantalon a las rodillas, de espaldas contra la pared, probamos que me penetrara,
pero a punto de entrar la cabeza me dolió mucho,no quise seguir y le dije si me dejaba chuparla. Negandose me contó que una vez la hermana mayor lo obligó a que se la dejara chupar y como
en esa situacion se sentía incomodo, al pedirle que no siguiera, se la había mordido, dejandole malos recuerdos.
La fantasía de tener una verga en la boca no pude cumplirla, al menos me habia sacado las ganas de que otro tocara mi culo metiendo un dedo, mientras yo devolvia las gentilezas masturbandolo, probando tocar otra distinta a la mía.

Estas 3 primeras historia fueron en mi infancia, la proxima arranco con mi adolescencia.

MI INFANCIA II

   Siempre me quedó el recuerdo del pene de mi vecino que había llegado a tocar con los
otros tres desnudos que querían lo mismo. Ésto marcó mi bisexualidad.
  En el verano de los 9, comencé a ir a una colonia de vacaciones en donde como actividades extras se realizaron campamentos, 1 por mes. 
  Me divertí mucho en los dos primeros y nos hicimos muy amigos con mis compañeros de carpa. Uno de ellos (Emi) tenía actitudes muy amaneradas lo cual era motivo que le tocaran el culo continuamente, lo cargaran o lo dejaran a un lado. El otro (Marcos) un año mayor a nosotros, tenía rasgos de "mini macho", le fascinaba el futbol, le gustaba pelearse,
hablaba con la "she" y estaba continuamente diciendo "se me paró". En la noche del último camping, nos pusimos a charlar los tres en la carpa y le pregunté a Emi si le gustaba que los demás le tocaran la cola, como respuesta dió un NO contundente comentando que habia empezado karate para poder defenderse ante los demás, nos reímos y Marcos dijo que menos mal porque ya estaba pensando que (a Emi) le gustaban los chicos, respondiendo con un: "nada que ver!!". 
   Se notó que nuestros comentarios lo pusieron incomodo, se metió en la bolsa y se durmió. Con Marcos nos pusimos a hablar de chicas que nos gustaban comentando que se le paraba mucho pensando como sería metersela a alguien, que de solo decirlo ya estaba al palo. Esas palabras me hicieron recordar aquellas imagenes vividas tiempo atrás.
   Al rato comenzamos un juego de tirar algo fuera de la carpa y el otro sin salir debía tratar de alcanzarlo, el que perdía se dejaba acariciar la cola. Mi infantil morbo pudo mas teniendo en consecuencia por dos ocasiones, la mano del minimacho en mi traste, sintiendo como mi pene se ponía muy duro. Cuando el perdió, no vi que se dió vuelta y en vez de tocarle el culo, toque su verga y sus testiculos mientras le decia que me había hecho trampa. Sin embargo, haciendome el tonto segui acariciando ese miembro unos segundos, que no era grueso pero,  para su edad, largo y saque mi mano como ofendido. Quedamos los dos en silencio en minuto y le doblegué la prenda del juego proponiendo que, el que ganara se pasara a la bolsa del otro y se la metiera, nos empezamos a reir y tiré el objeto bien cerca, mi amigo sacó la mano alcanzandolo, en consecuencia, ganando...
   Mi cabeza estaba a mil pensando que sentiría cuando me la metiera, entonces le abrí mi bolsa y en ese momento, Marcos se arrepintió diciendome que ibamos a hacer mucho ruido dejando nuestra fantasía sin cumplir. Tengo mas vivencias que iré contando. Salu2.

viernes, 4 de febrero de 2011

Mi Infancia

Recuerdo cuando tenia 7 u 8 años, de estatura y fisico normal para la edad pero, desde los cinco me gustaba andar en patines, habia desarrollado una cola redonda, gordita y parada. En el barrio donde vivía, a 5 cuadras habia chicos de mi edad, pero, a dos cuadras a la redonda, tenía cuatro vecinos de entre 12 y 15. Solíamos andar en bici juntos, jugar mucho a la pelota, a la mancha y a la escondida, teniamos limites de dos cuadras para jugar y dentro de ellos existian 4 terrenos dispersados uno en casi cada extremo de norte a sur y de este a oeste, en uno de ellos una casa abandonada, en otro un galpon que se habia caido el techo, otro, todo cercado de carteles publicitarios en su frente y el ultimo con un automovil tipo escarabajo, abandonado en el fondo, lugar tipico para esconderse. Una tarde llegué del colegio y mis amigos recien habian terminado sus deberes. Las 5 y media era la hora para sacarse el guardapolvo el pantalon de vestir y ponerse un jogging para un fuchi y una escondida antes que oscureciera y te mandaran adentro. Despues del tipico YAPEYU, al de 12 le tocaba contar hasta 50 (eramos 5), salimos corriendo y el mas grande de 15 se mete junto conmigo al auto, escondidos delante del asiento de atras y hechados, él sobre mí tipo cucharita pero para abajo. Como tipico auto viejo tenía esa elevacion redonda en el piso a lo largo del vehiculo que divide los asientos delanteros, lo que hacia que, cruzado arriba de eso, mi cola quedara elevada y éste chico arriba mio me empezó a decir que nos quedaramos asi, que no me moviera y senti como algo grueso se frotaba recorriendo el largo de mi raja por arriba del pantalón y mi vecino me decía al oido no hables que sino nos van a encontrar, fue una sensacion media rara para mi pues, era un niño y ya me corria algo, estuvimos en esa posicion como diez minutos hasta que nos gritaron que podiamos salir, (habían cantado buena para todos). Despues de jugar dos veces mas mi "compañero de auto" propone que fueramos a la casa abandonada pues ya estabamos medios aburridos. Quedaba a la vuelta de donde vivia y era una edificacion antigua de dos pisos alargada en la mitad del terreno, tipo conventillo abandonado. Entramos los 5 a lo que habria sido una habitacion y nos dice "ahora al mas chico le vamos a enseñar algo para que nos haga", me mira, se bajó el pantalón, el calzoncillo de una y me dice con su pene en la mano totalmente erecto: si no queres que te peguemos, acaricamela, chupala como si fuera un helado que te va a gustar y las de los chicos tambien, a ésta altura todos se habían bajado los pantalones, me quise escapar y casi obligandome, acaricié y agarré la de mi vecino de 15, (a la edad que tenia, toqué una cosa gigantesca como de 19 x 6 calculo) cuando, escuche los gritos de mi hermana y mi vieja que me llamaban para ir a hacer los deberes, se asustaron todos, se vistieron y salí corriendo.
Nunca mas quise ir a jugar con ellos, lo único que si creo que desde ese dia empecé a fantasear y vivir con el pito parado, hasta mi primer paja a los 10. Tengo mucho para seguir contando... Saludos.